sábado, 23 de agosto de 2014

TRISTE, CON LA MIRADA EN EL HORIZONTE


Para Georgina Fernández Ríos
He perdido la fe –si algún día tuve fe–,
el bien común, a la tapatía más linda;
ahora soy parte de la sociedad internacional
de suicidas, de la guía de conducta para individuos
sin hijos, sin casa, sin perro

Dejé de fumar, el mercado libre, la posesión de objetos,
el discurso académico;
tomé atajos, el sinuoso –y divertido– camino a lo mejor
del rock británico, devociones sencillas,
elementales ajustes de cuenta

No más compañeros de viaje,
la pasión de Cristo, corazones rotos;
ni reproches, velas que se apagan,
operaciones de compra-venta,
espías que tocan a la puerta

Hace tiempo que ya no soy un niño:
hablo de todo como si supiera,
exijo pagos fuertes por mi trabajo

Soy –a mi edad– un ciego
que se entusiasma con una carrera de caballos

Con el hierro, el polvo, la arena


Luis Daniel Pulido

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