lunes, 22 de julio de 2013

EN ESTA CASA SÓLO SE ESCUCHA ROCK


La música rock ha estado presente en mi vida desde los catorce años. Mis primeros discos fueron 1984 de Van Halen y el de Iron Maiden titulado así: Iron Maiden. Susceptible a los fenómenos sociales y a negarme a ser una región de nervios y neuronas que aceptara todo lo que te exigía (creyera) la escuela, me daba vergüenza  aceptar tener un presidente, en ese entonces, como Miguel de la Madrid, un partido político absoluto que aseguraba su posición mientras se adormitaba al pueblo con telenovelas y programas como Siempre en domingo y el “cosmopolismo” noticioso de un tal Zabludosky y su 24 horas.

     Destaco la revista Proceso –más por cómo se fundó por lo que fue después–, y el suplemento Sábado, del Uno más uno. Ya en los 90, la revista cultural de la Jornada dirigida por Roger Bartra. Pero eso, años más tarde.

     Siendo adolescente, por el rock, me inventé otras formas de vida no analizadas, según yo, y que después supe se dividían en utopía y ucronías. Sobra decir que desde ahí, pero sin estar consciente, el único punto de apoyo que se me permitió fue el de la soledad; y por decisión, renuncié a los dieces por ceros. Reprobé. Era parte ya del diseño conceptual y gráfico de Pink Floyd y su mítico álbum y película The Wall; de Whitman y Tommy* y El Cuervo de Edgar Allan Poe.

     Un día me levanté con ganas de matar a Chabelo, pero me di cuenta que era más fácil golpear a un compañerito de la escuela. Y lo golpeé.

     Me expulsaron.

     Nadie dijo que escuchar rock en este país sea fácil. Sin duda. Qué importa, pues después vinieron los libros y las novias y las drogas y hoy sólo tengo los libros y mis discos y para olvidar lo perdido digo que soy El Hombre Araña y es bonito porque cuando eso pasa es síntoma de que mi corazón de niño cruza la calle en una fila de patitos como en las antiguas caricaturas que veo en Boomerang.

     La vida es un vinilo, y este día no argumento ideas sino decibeles; y voy a la cocina por otro plato de sopita con la determinación de ser (ya) buena persona.

     Y la sopita ayuda, y más cuando la acompaño con aceitunas y nueces y mi soda favorita.

     Gracias Rock, por todo lo que me diste.

Luis Daniel Pulido

*The Who

6 comentarios:

Karen Kawakabu dijo...

Maestro, no noto la línea entre el adulto y el niño o ambos se me confunden, como el mar con el cielo, la luna con marte y un beso en la frente con un beso en tus labios

Sos grande Luis Daniel, Chincho y no estás solo, es el precio por ser diferente, especial y maravilloso

Cuídate, la banda de Zcatecas está contigo, jijijijijiji

cati covarrubias dijo...

Coincido, acá solo rock. Poco a poco, pero vas allegar con bien. Tus amigas de toda la vida

Y salud por tus enseñanzas

Besos

ana claudia dijo...

GRACIAS A TI POR TODO LO QUE NOS HAS DADO

TQM

Diana Vanessa Buscaglia Rodríguez dijo...

Y qué linda casa, Luis Daniel

Cuídate y pa' adelante

besitos!!!!!!!!!!

marianatrenz dijo...

15 años de leerte y querer seguir haciendolo siempre

beso, abrazo

muack!

LoLiTa dijo...

Yo, creo en ti...

Yo, creo en ti...

Yo, creo en ti....