sábado, 15 de septiembre de 2012

MORIR A TU LADO NO ES LA IDEA



Col. El Carmén, Coyoacán, Ciudad de México; diciembre 2008

Me pregunto dónde estás,
si pediste pescado a la plancha con arroz
o si regresaste a Guadalajara a reagrupar
a los bandidos que te visitaban en tu casona
donde, según tú y ellos, avistaban aliens,
objetos voladores no identificados,
hasta el top ten del cine independiente
que los hizo directores de escena

Seguimos —sobre todo si me veo al espejo
con el estómago vacío— siendo orgullosos
y por eso hoy no compartimos ni un vaso
de agua ni las rutas de soya y trigo que me harían
ver más bonito, más delgado

No escribes postales ni te importan
las movilizaciones que hago por tu libro
publicado

No dices este es Auster,
este otro Lowry y Murakami,
más allá el bikini nuevo que uso
y no es para ti maldito camaleón
bipolar adolescente

Pobre, sí, pobre de tu madre

Me pregunto si nuestra boda,
ochentera, folk por momentos,
está prensada en el papelito
dorado bajo tu botella
de aceite de olivo

En las aceitunas negras
de tus tres semanas en Mexicali
filmando documentales sobre
los que no dejamos de matar
el planeta

¿Qué esperabas de mí?
¿Un amor para revistas de espectáculos?
¿Que participe en los mítines de López Obrador?
¿Que no vea el Almohadazo con cerveza
y cocaína y pistola bajo la cama?

Cariño, te amo

Soy la mancha de sangre
en tu licenciatura de medios

Luis Daniel Pulido

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