jueves, 22 de octubre de 2009

RENUNCIO, YA NO QUIERO PROTESTAR


Prefiero el capital ventajoso,
el que da para beber en restaurante o mezquita
y me ayuda a fingir negocios en Grecia
y filantropía por cada jugo de tomate

Retomar el contrabando de armas
gracias a que la furia es evidente en todas partes
y se dispone del doble de armamento
que como esperma distribuyo por Fed-Ex

Prefiero la bala en el texto
antes que la cirugía espiritual
(y estética) del Dalai Lama,
el juicio a partir de trifulcas y golpizas,
el lector con el ojo morado al final de este poema

Mil veces el mercenario
que declina de todo compromiso
y se dedica a la revisión cuidadosa
del storytelling donde eructa
la soda y la pizza de una fiesta
organizada en La Condesa
y no en las calcomanías postales
del cordero y el zapatista

Es hora de incendiarnos con antigripales
en el after party del bicentenario
y la posesión de armas de alto calibre,
en la Aztlán social y cotidiana
del futbolista, el ladrón y el pordiosero

Prefiero a la modelo en la pasarela,
la cocaína y la seda y no la epidermis
de marchas y protestas que desembocan
en los intestinos de la cantina del centro

Prefiero el marketing y los anaqueles
antes del rifle de madera
y el periodismo en primera persona

Y bailar tango o cumbia,
tener esposa que viaje
a Roma o París

7 comentarios:

Karen Kawakabu dijo...

Qué poema, señor, qué gran poema

Besos

GODDES dijo...

Luis Daniel:

La antitesis de revolución que describes es tan bella en su violencia, en su caos ¡Guao!

Besos

Alejandra dijo...

Simón, hay que ir a esas grandes fiestas en La Condesa

Besos

ana claudia dijo...

Por supuesto que los poetas como tú son los más guapos

Me encanta tu humor negro, que aún cínico y matador, no deja de ser tierno y hermoso

Besitos, Besotes

Tu Clau de siempre

Diana Vanessa Buscaglia Rodríguez dijo...

Uta, heavy, heavy

Besos regiomontanos

Luis San Roman dijo...

Compadre:

Ya le di su besote a la Diana como Usted manda, nomás que no me cree.

Ruego le digas que fueron tus órdenes, ja

LoLiTa dijo...

Qué onda, como que ya hay que darle gusto al cuerpo para celebrra este poema, ¿no?