miércoles, 3 de diciembre de 2008

JUEVES


A Claudia Pon Cáceres


En algún momento
-y eso fue ayer-
sabía que llegarían tropiezos y topes.
Algunos por la arena en los ojos
de tu anterior universidad,
otros porque te faltan palabras,
déspotas de la ortografía y el diccionario

Sé que das vueltas a una repuesta
a medias en un papel lleno de alfileres,
que separas los dedos sobre lo irritable
que pueden llegar a ser las letras:
fracturadas, sin futuro y sin plan ortopédico.

En algún momento
-y eso fue ayer-
pido que esto te haga más fuerte,
que las mariposas del diseño gráfico
y los dobladillos perfectos de tu falda
sean parte importante del arte contemporáneo.

Nada nos obliga a estudiar,
a viajar, a leer.
Nada nos obliga a retirarnos
de los frutos de la inteligencia
tras un escudo de defensa antimisiles.
Nada.

Pero regreso al amor
y enumero las veces
que un poema mío
fue puntual a congresos
donde la palabra
es el único amigo fiable.

Y por eso te escribo poemas
que no tienen problema alguno
en ser garaje o alacena:
el lobo que hace aauuuuuuu,
el gato esponjoso al que le piso la cola,
estampita sin bacterias, ajonjolí de cocoles,
tu cajita de sorpresas.

4 comentarios:

Luis San Roman dijo...

Don Luis Daniel, veo que la musa ha tenido problemas básicos de redacción en la universidad y con su maestría, pero que mejor maestro puede tener que Usted, con esa ternura que sacude y conmueve.

Yo votaré porque sea el nuevo entrenador del Monterrey, y al carajo con Lavolpe, aunque sé que usted lo defiende.

Un abrazo, regio, por supuesto

luis daniel pulido dijo...

Ese Luis, si ganas no me faltan de entenar a su equipo, más con esas porristas, tan exuberantes en medidas y tan lindas de espíritu.

Un abrazo

karenina_ dijo...

hola hola pulido visitando despues de tano tiempo. como siempre agrdan sus textos. que este bien. y no me olvido de llevarte el libro de karen... solo que nos comunicamos contigo pa tomar café con pan va!

abrazo

luis daniel pulido dijo...

Karen, gracias por la visita. El café con pan está la alza, y me refiero a su sabor, que hace familia y no a los precios, que hacen país.

Un abrazo