miércoles, 8 de octubre de 2008

LOS ANGELITOS QUE FUIMOS


Claudia:


Algunas veces tu mamá y la mía coincidieron en que éramos angelitos. Sin embargo siempre hubo diferencias entre tú y yo: un rock and roll, dos cuernitos rellenos de jamón y ese calorcito que derrite los helados cuando te llevo a caminar por el desierto de Bagdad.

A mí jamás me crecieron alas y a ti, cuando quise verlas, me mordiste con tantas ganas que arrasaste con todo mi orgullo vikingo.


-Condenado diablito- me dijiste para luego abrazarme, sorprendida de que los héroes a veces lloremos un poco.


Desde Pulidín City


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