En Chiapas no importa de dónde vienen los que nos gobiernan, igual sean acosadores, rateros o matones. Una vez en el trono, se convierten en ciudadanos de París o Berkeley, estadistas de alcances casi celestiales, un semidiós constitucionalista, un intelectual, un consejero jurídico, un humanista, la Madre Teresa, un santo que paga bien. Benditos, transformaron –impugnación del afectado, legitimización de medios de comunicación– a un sencillo "Zanja Negra" a un "Jaguar Negro", por aquello de los chistes y faltas de respeto a la investidura y porque, su primer bautizo social, la verdad, si convocaba a risa. Ahí van, pues, los billetes y bajen la cabeza ante su nuevo rey…
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