sábado, 19 de julio de 2014

EN TODO DESIERTO SE RECUERDA EL AMOR VERDADERO


La verdad nunca intenté olvidarte,
hablar de caídas verticales en un trago de whisky,
de convertirme en el tirador avezado de Insurgentes
o cintarear a Kukulkán en esas noches de playa
en el Caribe y su estela de bellas mujeres en bikini

Viajé, es cierto, a muchos lados; hubo cableados
y una parvada de no sé qué tipo de pájaros,
oaxaqueños aprendices en citarse en pueblos malditos,
amigos que nunca lo fueron, balas –de esas– que no matan,
bartenders traídas desde Guadalajara en aerolíneas
de primera clase

Entendí –ya sea por códigos de la mala educación
o porque abandoné cinco universidades– que la mayoría
de la gente aplaude todo tipo de líneas sociales:
subsidios, independencias, beats, antros, democracias,
argumentos culturales

Uno aprende tantas cosas, pero nunca quise olvidarte:
tomar atajos que no me corresponden, volverme un extraño
–incluso para mí mismo–, prescindir de este mecanismo tan raro
que producen las palabras, respirar hondo y volverme, 
sí, un Cazafantasmas

Quise, por momentos, no saber que te casaste con otro.
Nada del otro mundo, excepto que me he convertido
en una especie de superhéroe y que derribo muros
de un sólo golpe aun cuando estoy ausente


Luis Daniel Pulido

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