miércoles, 9 de noviembre de 2011

CRÓNICA DE UN HOMBRE YA NO TAN MALO





Foto: Mara/ Alemania


En cierta forma -la mesa servida,

el periódico de la ciudad de México,

las declaraciones de Ibrahimovic,

la abolición de la esclavitud en el cielo

o la África negra- tus manos siguen aquí,

tu amor a los viejos puertos, tu ocasional

buena fe por los niños de la calle,

el sonido de tus pasos subiendo la escalera

como un fantasma de tetitas rosadas

que a nadie le importa; atada a tus miedos

y los títulos en inglés que se suman a los nuevos caminos

de tus neurosis literarias, a todas esas frases sobre el compromiso,

la veldá, el oficio






Siempre mentirosa en la miel, el pan,

en tus genes de fotocopiadora






Me pregunto por qué diablos no fui mudo,

por qué no trasladar la lucha a balsas

que marcaran colitas de conejo

en el agua de un embarcadero

en forma de revólver y dispararte

a la cara lirios rechonchos,

suburbios de peces muertos






Las cosas no cambian:

Hueles a pescado y eso me hace

febril e impaciente










4 comentarios:

marianatrenz dijo...

Así es

Las cosas no cambian

Besos

ana claudia dijo...

En cierta forma, la mesa servida,
el periódico de la ciudad de México,
las declaraciones de Ibrahimovic,
la abolición de la esclavitud en el cielo
o la África negra, tus manos siguen aquí...

Te quiero y mis tetas están erectas

LoLiTa dijo...

Cabroncito, sólo espero que Chincho ya vuelva, no me lo escondas

Besitos

cati covarrubias dijo...

Qué poema. Cabronamente tierno, entre Sabina y Leonard Cohen, entre Charly Brown y el Luis Daniel que siempre sale a las canchas de fut a ganar

Por eso te quiero un chingo!

Besos