domingo, 28 de diciembre de 2008

POLLITO CURSI CANTA NORTEÑO




Eres tan bonita, pero tan bonita
que no escribo poesía sino encuentros
y casualidades

Eres tan bonita que a tu lado
me siento como pollito en el granero

He intento ir a fondo y comprarte un departamento,
ponerlo a tu nombre y quitarme el sombrero
para decirte ¿Quieres ser mi esposa Karina Handall?

Y es que eres tan bonita,
pero tan bonita que las demás señoritas
son puras reminiscencias

(me cae)

He intento en mi condición
de gallito acorralarte,
besarte tus cachetitos
mientras me bordas pañuelos
y tienes mis hijitos

Y es que eres tan bonita, pero tan bonita
que sólo por ti vivo y respiro
y te juro por ésta, por la otra
y por Santa Patita que es verdad
que eres tú a la que más quiero.

¡Yija!

Quiero que me quieras
Quiero que me adores
Quiero que me sientas
Me urge que me ames

Yo mis botas lustraré
Mi sombrero me pondré
Tempranito llegaré
Si me dices que me amas*


*Gael García en la película Rudo y Cursi

1988

Hubo un tiempo que llegaron a la Prepa hermosas chicas de Montevideo. México repartía papeles políticos para las elecciones del 88, y todo estaba listo bajo el yugo Salinista. En ese entonces mi banda favorita era Motley Crüe y por esa insólita red de relativismos deportivos (sobre todo si usaban minifalda) me declaraba “hincha” de Nacional. Las uruguayas también se consolidaban como los poemas fundamentales para entender la literatura de mi generación, cuyo punto final siempre era un granito o camaradas afectos a la mano peluda.

Con la reanudación de las protestas por fraude electoral, nos abandonamos a favor del cine de Woody Allen y amar nuestra propia tumba de ciudadano sin tráiler park en el México moderno. Pero fue Karina Handall la que me dobló las orejas, y entre conciencias políticas y razones sexuales le declaré mi amor de cielo bocabajo (Hay países que no tienen remedio y México y Uruguay eran de esos).

Recuerdo que decirle si quería ser mi novia fue como si ella fuera Enzo Francescoli y yo el dueño del Olimpyque de Marsella ofreciéndole un buen contrato. No faltó para celebrar el corte argentino, postales de Punta del Este, un dossier de humillaciones contra el Atlas de Guadalajara y, por fin, el beso que a su vez es el opio de los poetas. No recuerdo si escribí alguno, pero en los entreactos de las clases eyaculé pedestales vacíos en una vagina republicana que humedecía figuras liberales. Hacíamos el amor como si ella y yo disputáramos una final de la Copa Libertadores, redimidos sólo por los penaltis y la Sheherezada de su aliento en mi rostro. No faltaron las discusiones por si el arte debía tener ojos serenos o iracundos, si Onetti era el Bukowski sudamericano y que un chingo de gracias debía de darle al pueblo uruguayo por la contratación de Robert Dante Siboldi. Entonces yo arremetía contra ella –en la privacidad de su dormitorio- con mis discos de Motley Crüe a todo volumen. Imposible olvidar su figura en la cama, de mujer tendida en la playa, con el sol y sus agujas de coser haciéndole un bikini azul que en menos de tres gaviotas al vuelo estaba en mis manos. Y faltar a clases para leer grafitis “polvo eres y en polvo te convertirás…y entre polvo y polvo nos divertimos”, “Cuauhtémoc Cardenas, Presidente”, “Chinguen a su madre los Tecos”, y después tomarle la mano y entender que el amor es lo más parecido a comer algodones de azúcar sin importar que el resto tire a quemarropa desde helicópteros de palomitas ¡plop! ¡plop! ¡plop! ¡plop!.

En 1988 la besaba bajo banderas que repicaban restos de una luna rebosante, en largos corredores de barrilitos de cerveza y jardines de crisálidas. En 1988 vimos topos cavando la libertad de un país que no quiere serlo, así también los colores del arcoíris comprimidos en bolsitas de cocaína. Y más discos de Scorpions, Slade, Uriah Heep, Iron Maiden, Metallica, Deep Purple, Ozzy Osbourne, Charly García. La bicicleta que robamos en el estadio Jalisco para llegar a ver los 35 cambios de ropa de la aspirante a top model mientras masticábamos cubitos de hielo sentados en el régimen absolutista de las pasarelas.

En Uruguay, me decía, el alba se parte en dos mitades antes de zarpar hacia los capitales europeos; en una de las mitades mamá me dejó 3 500 dólares para viajar a México.

Esa vez los líderes de la Prepa nos recordaron que las democracias en América Latina completaron su ciclo en el último disco de Silvio Rodríguez, y quienes saltaron al interior del discurso revolucionario lo hicieron para sumarse a la gran ruta de oportunistas que forjaron el estado de ánimo de lo que es la actual trova: mariposas, covers de Pandora, niños y niñas de rosa (¡Puta madre, cuánta falta me haces Motorhead!)

Pero la vida es para mí desde ese día estar a medio camino entre sus ojos verdes y los vidrios astillados de la Uruguay disidente, entre este poema y el ritmo que marco con los pies: inolvidable verano lleno de caminos de terracería reflejados en el espejo de un autobús con destino a Tuxtla Gutiérrez.

EL PEQUEÑO COSMONAUTA*






El cielo es azul

tras el corte de cabello

de muchos cosmonautas,

hoy pelones en un cuartel

donde todos avientan

bolas de papel.


El cielo,

antes bayoneta de Nixon y Lenin,

es un chisporroteo

de nieve de pistache:

papás echando harto grito

¡Come rápido las chispitas de chocolate!


El cielo tiene un alto índice

de visitas gratis,

comparte el mismo interés

por transbordadores,

cometas y pájaros.


Algunas veces

procuro triturar estrellas con mis dientes,

ponerle conitos a los sabores arrogantes

(la fresa, el melón, el coco)

porque el dinero

-dicen-

ya no ajusta como antes.


Por eso esta tesis

de niño cosmonauta:

vayamos al cielo

por el mar de Cortés

o el canal de la Mancha.


Cuéntame un cuento

buen nevero

Había una vez Plutón

o Júpiter o la Luna,

una rica comezón en las orejas


El cielo es azul

y yo tengo un casco de cartón

que me protege del frío y las alergias.


Cinco, cuatro, tres, dos, uno ¡Cero!


*Texto inspirado en la película Adiós a Lenin

BALADA DE LA TORTUGA A SU TORTUGUITA



Dime si el plenilunio de tus pasos

hacen de tu siglo hojas de hierbabuena

bajo montañas de tierra


Dime si tus ojos de celofán

envuelven al mundo en su circunferencia,

si eso basta para que el eco

de tu caparazón nos devuelva

pequeñas alas de estambre


Dime si orugas y magnolias

son testigos de nuestros besos

de ciruela pasa


Tortuguita, dime, si me amas

domingo, 21 de diciembre de 2008

EL NIÑO DE LOS OJOS FEOS

tomado de flickr.com



La distancia hasta el cielo no es constante, como creía anteriormente, sino que fluctúa dependiendo de la población de las aves
Jaspreet Singh (Diecisiete tomates y otras historias de Cachemira)




Los sonidos abren
su enorme boca de dinosaurio
y yo decido quedarme ciego
para no usar elevadores,
sino escaleras bajo los árboles

Camino como un osito sanguinolento
y reconozco los tibios listones de almendras
que se reflejan en mis lentes

Tengo ojos feos, los ojos más feos del mundo,
y por eso conservo los juegos que de niño nunca pude compartir
en los Blocksbusters de centros comerciales
o las autopistas de platino de Beirut a la medianoche.

Todo es extremadamente blanco
y todo se da a manos llenas
cuando se tienen ojos feos.

PIROPOS PARA LA MAGA KENIA

Estrella Del Valle



Maga Kenia, eres la nubecita de cereal que flota en mi Nutrileche

Maga Kenia, quién fuera tu dieta baja en grasas para abrazarme de por vida en tu cinturita de flores silvestres

Maga Kenia, quién fuera el fólder de tus poemas, ese cigarro a medio fumar en tus labios de caramelo

Maga Kenia, eres el guiño de mis bahías a eso de las siete

Maga Kenia, el día que naciste eché raíces en el “Pirata Fuente”

Desde Pulidín City

Chincho (en su papel de Pedrito Infante)

CAMINO A CALIFORNIA



A Leti Servín



No sé cómo se mide el cariño,
si es cuestión de salud,
higiene, lógica matemática
o de cortar elotes dentro de los relojes;
generaciones de consonantes
que perdieron la guerra ante las vocales
y se transformaron en los terrenos
íntimos de una bolsa de papel:
un doble click sobre el icono
para borrar y volver a empezar.

No sé cómo ni con qué técnica
se puede decir te quiero tanto,
más ahora que vas a California
a cuidar a tu mamá y yo sólo
tengo poemas con bulbos,
luces con hojas secas,
una sucursal de minutos contados
que se convierte en un árbol de ciruela
y da sombra y también cosquillas a los pies;
porque pedir al cielo no es ningún teorema
ni camino al sol a medias: es cortar la espiga
como si se tratara de dibujar una sonrisa
a tu mamá, que nunca se enferme,
que cuando diga ¡Leti! le dé hipo
y en cada “hip” dibuje una burbuja
en forma de corazón para que yo le dispare
con mis flechas de galletas para cuando
tu mamá despierte, pregunte
“Pero, ¿Quién es ese niño vestido de apache?”

Desde Pulidín City

Chincho, Kimo Sabe (mucho)

lunes, 15 de diciembre de 2008

POLLITO CONTRA DEPREDADOR (No tengas miedo Maga Kenia)

Ella es la poeta Estrella Del Valle (fiuuuuu, fiuuuuu)


Esto no es una película. Algo aguarda entre las tinieblas, un eco de sangre y cadáveres, el viento cuyo cortejo fúnebre llena de pulgas al lobo que a lo lejos aúlla. No, no son simples ojos rojos en el pantano de lirios como si un eclipse de luna regara sus cenizas sobre el lomo de un cocodrilo.

¿Han visto un fantasma de hojarasca? Dicen que crujen, que entierran sus manos de carne en las raíces de los árboles, que bajo su sombra el viento silba el ocaso ¡ay nanita!

En el siglo de las falsas barbacoas miles de pollitos se suicidaron, y el terror no sólo empapeló causas, también simulaba convertirse en un televisor donde El Santo derrotaba una y otra vez a las momias. Pero de pronto, y como si alguien recortara una figura, el monstruo avanzaba: era una serpiente retorcida en cada foco de la granja.

-¡El monstruo, el monstruo!- gritaban las dulces pollitas apoyándose en mi pecho de toneladas de varillas de acero cubiertas por mi playera del Toluca

-No teman, tengo maíz y albahaca y tremendo ingenio para derrotar a cualquier tipo de monstruo.

Y como si nos embistiera un toro de lidia, todos corríamos a la casa de Bistec, un xoloscuintle mala cara y con antecedentes penales con el que derrotábamos a los monstruos. Cabe decir que ladrar y tener pulgas de vez en cuando nos salva la vida porque es condición de todo pollito llevar, cuando así lo requiere, una vida perra.

¡guau, guau, guau! ¡grrrrrrrr!

Desde Pulidín City

Chincho, el Súper Pollito Valiente

DESIERTO Y POSGUERRA


El desierto se abre como una mujer árabe
que se desnuda y acaricia con los labios
el velo de arena de la televisión que se apaga

No es un país un conjunto de promesas
que no has de cumplir: es lo fatalista y decadente
de los días, el flujo de sangre que en dos minutos te da tu bandera

Sin ojos y sin afeitar nada me sorprende:
el coyote que se acerca es una video-instalación
(pero aún así se ve perdido por el último rave)

Con el cacto no hablo del 68 común
y su movimiento pendular de cordones umbilicales,
no hablo de las fuentes formales y de quienes nos enseñan
a jugar como niños idiotas a la “posguerra”.

Hablo de la rabia y sus inscripciones,
de lo que se interpone y no ofrece respuestas

Hablo de la vida misma

¿QUIERES ROMPER LA PIÑATA?

En la foto, la poeta Estrella del Valle (La Maga Kenia)



Estimada Maga Kenia (Estrellita del Valle):

Tú y Espirulina son bienvenidas a mi fiesta. Sé que tú y yo nunca seremos niños exploradores y que todas las asociaciones de gozo son verdaderas conspiraciones por la libertad de pensamiento. Esto como rechazo a la celebración clásica que por principio tienen “las buenas familias”.

Cuentas, acotas, explicas, lees poemas con los de “La Poquita Fe” y yo me suscribo a tus bienes sin importar que el poeta de tu lado derecho salvaguarde como cucaracha la particularísima propiedad individual de los que escriben y tienen corazón de mala madera.

Te escucho y recuerdo que uno de los dos activistas de aquel viejo partido político que vio tu mamá en la marcha del 2 de octubre era mi papá estrechándola en un guiño coqueto y suave. Y no por el hecho convencional del amor, lo cual nos haría posibles medios-hermanos, sino porque he encontrado tu poesía, ese lugar donde me calzo al revés la gorrita de los Raiders y me reflejo en las esferas del arbolito de navidad detallando con los ojos mi infancia en Orizaba, tan cerquita del cielo pero aún más de tu tierra: Córdoba.

Eres, pues, mi invitada especial. Espero, si no es mucho pedir, vengas en minifalda.

¿Quieres romper la piñata y subir escaleras?

Desde Pulidín City

Chincho

miércoles, 10 de diciembre de 2008

ARMSTRONG COWBOY


En la foto, Ava Gardner

Siempre pasa y tengo que aceptar el hecho:
nadie contesta el teléfono y los avioncitos
de papel caen al suelo escoltados
por viejas películas del Oeste

Apenas ayer tipos como yo bebíamos cerveza
y ajustábamos –un puntito a la izquierda
o un puntito a la derecha- el desierto
en sepia de relojes mal puestos

Empeñado en amarte
bajo el calor de una estrella
cerraba a puñetazos los bares
y me perdía al interior de andenes
tendidos en los restos de la cena

Siempre pasa: mis dedos encienden fogatas
en el abc de los celulares donde te aviso
que me voy –como en el año 69-
a caminar descalzo por el tablero agujerado
de la luna llena

ADULTOS JÓVENES



(…)La gente de la Luna creía que era muy especial porque podía pensar sus pensamientos con la forma que quisiese. Con la forma de una olla o con la forma de una mesa, incluso con la forma de pantalones oxford. Y así, los hombres de la Luna podían hacer a sus novias regalos originales, como un pensamiento de amor con forma de taza de café o un pensamiento de fidelidad con forma de florero (…)

(…)Fue en esa celda que él pensó para sí un último pensamiento de desesperación con la forma de una cuerda, hizo con ella un lazo y se colgó (…) La gente de la Luna se entusiasmó mucho con la idea de la cuerda de la desesperación con el lazo en el extremo, y de inmediato todos pensaron para sí un pensamiento de desesperación y se lo ataron alrededor del cuello. Así desaparecieron todos los hombres de la Luna (…)
Etgar Keret (Un pensamiento en forma de cuento)



tenemos que ponerle precio a las propiedades,
entender que Dios ha creado al hombre,
las tarjetas de crédito, los bienes raíces
y la sed de sangre


crear iniciativas, firmar cada dos horas
y alcanzar la salvación en plazos y condiciones


hablar por teléfono y organizar las palabras
en pequeños grupos: a la esposa, a la amante,
al banco, a los accionistas de tu equipo favorito


no olvidemos que cumplir 38 años exige
-como militar disidente-
evitar catástrofes propias de la genética:
cero carbohidratos y planos más íntimos
con las dietas que tu mujer anexa al refrigerador
y la cabecera de la cama


es tiempo de ser amables y dejar ese humor
a mansalva para los hijos, de reconocer la filmografía
de nuestras infidelidades pero eliminarnos como personajes


escuchar “las mañanitas” sin especular
en cuántas balas se necesitan para acabar
con un conjunto de mariachis


hacer como quien cree en Dios:
escribir poemas de amor a las jóvenes viudas,
no engordar, ser fiel, mentir como Cristo
en su infinita misericordia para salvarnos del fuego
y mandar a la chingada la paella porque desde niños
comemos barbacoa y sin cubiertos


dejar que este país nos corresponda con placeres mínimos,
beneficiarnos por unanimidad de mujeres que se desnudan
y garanticen entre sus piernas el mercado libre de amores
a precios de moteles baratos


fumar menos y mantenernos humildes
ante tanta ocurrencia


cumplir 38 años intencionalmente sin necesidad
de que en presencia del profeta Isaías me aviente desnudo a la alberca


responder con gracia y energía al imbécil instructor del gimnasio,
organizar el número de estilos con los cuales se levantan pesas
y no argumentar cansancio frente a la enorme cadena de espejos baratos


quitarnos por voluntad propia el pan de la boca,
ser adulto joven experto en inversiones y ciencias políticas:
patriota y redentor de maestrías y licenciaturas
para terminar el día escuchando el himno nacional
con su enorme corte de caja que te cubre y te aplasta.

feliz cumpleaños

FELIZ CUMPLEAÑOS, SORPRENDENTE HOMBRE ARAÑA




no es Marilyn quien subraya esta fecha
ni Ava Gardner quien hace el par de preguntas
“¿eres casado?”, “¿me pagas el taxi?”


veo una ciudad que se derrumba en un té de canela,
el rostro enfadado de Dámaris Disner,
las cuentas que suman en números y tinta el gato colosal de deudas,
las campanadas a lo lejos de una montaña por las mismas mentiras a Pulsi Davis:
todo bien, cero alcohol, cero cocaína


me limito al mismo pastel de zanahoria,
a salvaguardar mis derechos de propiedad
en un poema que es el único punto de encuentro
con su propietaria: Claudia, dice que se llama


pero nuestra Marilyn sigue desnuda
y me canta “happy birthday” señalando
con un dedo en los labios el beso y su colmena de morfina


algunas palabrotas por la tendencia
de cómo discuten el soccer hoy en día
los astrónomos de las estrategias


luego las llamadas y los mensajes
de los rebeldes de la orientación vocacional:
escribe pero estudia una licenciatura
¿no es más redituable ser contador público que poeta?


y los veinte mil “me vale madres” en firmas a cheques sin fondos,
el olor a cobre y cordones de tela de la cárcel,
los olivos de una jeringa para fugarme despacio


despacio
despacio
despacio
despacio

des-pa-cio


despertar fugitivo sobre cartas de amor atadas con cintas,
barrios de continentes arbitrarios que en cuestión de segundos
dejan a merced del Perfect Day de Lou Reed
el olor a tequila de los verdaderos doctorados en poesía


es Marylin la que sale de un pastel,
es Ava Gardner la que arde y soborna
y no la virgen que posees el doce de diciembre


es el semen que las ahoga en medio de esta fiesta
y la tinta que revienta como flor de algodón
por los hijos que se escapan de tu boca


no es ningún extraño el que toca a tu puerta,
es el niño que busca a su perro en la ventana abierta
de fantasmas con su peso impreciso de sabanitas de queso


es tu cumpleaños, sorprendente Hombre Araña

miércoles, 3 de diciembre de 2008

HYDE PARK



Porque me despierto
y en la relación de cosas importantes
lo primero que hago es dibujarte
con el dedo índice en una postal
del Hyde Park de Londres

JUEVES


A Claudia Pon Cáceres


En algún momento
-y eso fue ayer-
sabía que llegarían tropiezos y topes.
Algunos por la arena en los ojos
de tu anterior universidad,
otros porque te faltan palabras,
déspotas de la ortografía y el diccionario

Sé que das vueltas a una repuesta
a medias en un papel lleno de alfileres,
que separas los dedos sobre lo irritable
que pueden llegar a ser las letras:
fracturadas, sin futuro y sin plan ortopédico.

En algún momento
-y eso fue ayer-
pido que esto te haga más fuerte,
que las mariposas del diseño gráfico
y los dobladillos perfectos de tu falda
sean parte importante del arte contemporáneo.

Nada nos obliga a estudiar,
a viajar, a leer.
Nada nos obliga a retirarnos
de los frutos de la inteligencia
tras un escudo de defensa antimisiles.
Nada.

Pero regreso al amor
y enumero las veces
que un poema mío
fue puntual a congresos
donde la palabra
es el único amigo fiable.

Y por eso te escribo poemas
que no tienen problema alguno
en ser garaje o alacena:
el lobo que hace aauuuuuuu,
el gato esponjoso al que le piso la cola,
estampita sin bacterias, ajonjolí de cocoles,
tu cajita de sorpresas.

TOUCHDOWN


En la foto, Luis Daniel Pulido, con su misma pinche camisa



Bromeaba con mi sobrino, aspirante a poeta y rock-star, que el título del libro de Pablo Neruda “Confieso que he vivido”, estaba incompleto. -¿Por qué, tío?- me preguntaba entre jugada y jugada del partido del lunes por la noche de la NFL. Lo que contestaba escribiendo la siguiente sugerencia: “Confieso que he vivido (de lo contrario fuera un zombi)”. El hecho nos hacía reír mucho y comer palomitas, de paso brindar abriendo sodas dietéticas y eructando “tooouuuchdooownnnnn”.


Mi pequeño sobrino, detalles literarios más, detalles literarios menos, no asume la poesía como desdicha humana y se permite pericias que reflejan asociaciones absolutamente libres propias de la edad y sus lecturas. El ensayo que prepara, por ejemplo, se llama “Del porqué Noticias del Imperio lo escribió un señor que se llama Fernando del Paso y no Darth Vader”.


Su mamá le asegura a mi mamá que soy la peor influencia para mi sobrino. Yo, lo digo abiertamente, no estoy de acuerdo. Un día me platicó sobre un joven de apellido Nuricumbo, pinta de gordo africano y prototipo de las llantas Michelín, que abusaba de su peso y estatura. Mi experiencia, mi edad y sobre todo mi capacidad para reconciliar, puso en marcha lo que sería el himno que acompaña a ese joven por el resto de su vida:


Nuricumbo, Nuricumbo,
de un pedo te tumbo

Por supuesto mi sobrino regresó a casa con un ojo morado y algunos raspones, pero nada de cuidado. Destapamos una soda, bebimos y volvimos a eructar “toooouuuchdooownnnnn”.

MIÉRCOLES



Claudia:


Qué buena noticia
es que la ciudad te gusta
y no tienes miedo,
que duermes entre orquídeas
de sabores y haces blu-blu-blu

Déjame te cuento:
ayer hice un agujero en la pared,
un corazón con la pipí,
un dinosaurio que se llama “calcetín”

Qué buena noticia lo del clima,
que no tienes miedo,
que llegas a la universidad
con el gallito presuroso por no peinarte bien.

Y a falta de gel, salivita:
el polen de la abejita
que dice ay-ay-ay

Déjame te cuento:
que en una escalera de hojas secas
exprimo limones y alzo las cejas,
y en la almohada de mis párpados
boyas y pestañas de tu niño poeta

Qué buena noticia
la de que hoy es miércoles,
que el Capitán Trueno se cuelga
de tus pulgares y jura y patalea
porque no sabe volar.

Déjame te cuento:
que no alcanzo los pedales del piano,
pero escribo “Claudia” en un compás aterciopelado
como vals de chamoy sobre las olas
donde tarareamos ja-ja-ja

¡Qué bonita luna llena!

Desde Pulidín City

Chincho