Fue un buen día: platiqué con mi amiga Mónica
sobre tráfico de influencias, la contracción intestinal de los medios,
de los falsos profetas, del viejo Eulalio Ferrer y su “mano amiga,
y yo seguí con mi rutina: bajé a ver a mis perros,
abracé a las gatitas –cuatro meses ya de agradecimiento a la vida,
a los vegetales, la leche de las vacas, el cencerro de un planeta lejano
Fue un buen día: hablé con Gina hasta Guadalajara,
pasaba por un mercado, abriéndose paso, mentando madres,
en su cruz de tortas ahogadas, tacos suaves mientras yo,
en el Aeropuerto Internacional Chopin de Varsovia, Polonia
miraba patos negros volando en el cielo
Fue un buen día: me habló mi amiga de Monterrey
por los pendientes, el margen de beneficios que arrojan
las primeras citas, el dolor de cabeza: no soy inversionista,
soy poeta (eso dicen) y además, por la edad,
el desgano ha hecho su trabajo:
¿Volveré a ser esa máquina de sexo?
Cambiamos de tema y hablamos de cómo parar una pelea en el tráfico,
la supresión de las bujías en las motocicletas,
de promociones válidas hasta el próximo 25 de marzo,
aranceles y carteras de clientes y los conos fosforescentes
en las carreteras
Le pongo el arnés a mi perro
Un poco de agua y a correr por las calles
Dios es el sol rojo de la tarde
Luis Daniel Pulido
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