miércoles, 21 de julio de 2010

¿Y LOS NIÑOS LAS PREFIEREN RUBIAS?

Hotel Chelsea, Manhattan, Nueva York. Foto: Nadia Villafuerte


Existe un portal que nos permite entrar –como espectadores– a los viejos campos donde nos preparábamos para hacer lo que sigue siendo la pregunta del millón ¿Quieres ser mi novia?

Para mí, un niño tímido, los terremotos del desamor eran de consecuencias impredecibles. A veces me consolaba sentado en la sala de un Banco estornudando por el aire acondicionado. Raro modo, quizá, pero efectivo por mi alergia, la cual me hacía regresar a casa apresurado porque el ejercito de mocos reclamaba mi condición de hombre libre y enamorado.

Ya en casa, mi mamá me daba de tomar un montón de medicinas al compás de tangos y marimbas. Carlos Gardel era un señor que con su voz lanzaba flores al corazón de mi madre. Ese es el amor en los adultos, pensaba, y no el barullo de mi corazón de niño.

Supongo que las cosas al paso de los años cambian y que las monedas que aventaba a las fuentes hoy suman depósitos bancarios, cheques de viajeros, recibos de hipotecas, sombras que caen sobre mis hombros.

De niño, sigo pensando dentro del mismo portal de recuerdos, alguien renuncia a ciertos derechos de la vida y no fui yo en este caso.

Papá había muerto y mamá me compraba muchos boletos para ir al cine, por lo que los sueños de esa época siguen siendo éxitos en las carteleras de mi vida.

Entiendo que los trasplantes de médula ósea fallen, así como las vacunas contra el cáncer, o que en un temporal de tristeza me quede ciego.

Lo que no entiendo es por qué en las estadísticas sobre muertes de niños no aparece la de “corazones rotos por niñas bonitas”.

Por eso entre estornudos y raspones, me pregunto ¿Y los niños las prefieren rubias?

6 comentarios:

Denisse. C.C dijo...

Claro, pero no siempre

Besos!!

ana claudia dijo...

Ls monedas de la suerte se convirtieron en cheques de viajeros, pero en los moteles volvemos a encontrarnos, igualitos a pesar del tiempo

Te quiero tanto

Lidia Laflor dijo...

Me quedo congelada con esa imagen...
¿Cómo puede uno quedarse ciego a partir del desamor? Habrá muchas formas, de seguro, pero elijo la menos romántica y sí un tanto sadomasoquista: los ojos cuando se hinchan de tanto llorar, en algunos casos cierran por completo la visión.

Sigo recibiendo la correspondencia puntualmente. Ojalá pronto podamos charlar en vivo.

Abrazos cálidos para este temporal de lluvia y ceguera.

Nicole dijo...

Oye! pero las morenitas tenemos nuestro encanto.....

.....peor por Chincho sería capaz de teñirme el cabello,jijiji

cati covarrubias dijo...

En ese portal del tiempo, yo no dudo en darte el ¡sí!

Besos

luis daniel pulido dijo...

Denisse:

Es cierto, no siempre. En Cancún, sí...pienso

Besos

Claudia:

Con unos kilitos arriba, pero igualitos (me refiero, en lo de los kilitos, a mí, eh)

Besos

Lidia:

Es que si se me hinchan los ojos un milímetro más, me quedo sin rostro, ja.

Yo también espero pronto verte para platicar en vivo y a todo color, y me cuentes cómo te fue en tu graduación.

Recibo abrazos, envío otro igual de fuerte.

Nicole:

Ni duda, las morenitas son también mi debilidad.

Besos.

Cati:

Órale, pues a darle...gracias a Cupido y Santa Patita.

Besos sexis y cachondos