viernes, 17 de abril de 2009

LOS INVASORES

¡Ya, ya, me rindo!



A Claudia Pon Cáceres

Nos vimos para platicar,
sumamos y restamos por aquel
incidente cuando le hablé borracho.
La Universidad, sin embargo,
fue un ejercicio más cuidadoso de lectura,
un bip bip desde un Volkswagen,
el hostal con puertecita, terraza y alberca
y que sí, tengo algo que le recuerda
a los nazis cuando pido la cuenta.

Ella sabe que es la niña que cargo
en hombros cuando le grita al gordito
de enfrente -¡Hipopótamo!-
mientras en las calles de Tuxtla Gutiérrez
las serpientes cambian de piel
a propósito de una ciudad en ruinas
y su régimen de procesiones

Quedamos en escribir un cuento
y descifrar el código genético
del porqué de la fertilidad de los chinos,
además de invadir Cuba y leer en voz alta
los libros de Cabrera Infante